lunes, 20 de octubre de 2008

La Rueda del Año


[Según Hemisferio Norte]

Para los Wiccanos, el año empieza el primer día de noviembre, justo después de la Festividad de Samhain, o Noche de los Antepasados. También denominada "la noche de las brujas y hallowen" de maneras no reconocidas por los Wicca.

En la noche de Samhain, honramos a aquellos que han partido antes que nosotros; a los Antiguos, honramos la sabiduría, y honramos el paso del Dios hacia la Tierra de Emania, La Tierra del Eterno Verano. Este paso es necesario para que entendamos que: no existe vida sin muerte, pues la muerte es el paso necesario para volver a crear vida.

Esto se confirma en la noche de Yule (entre el 20 y 23 de diciembre) cuando se celebra el Renacimiento del Dios, en el solsticio de invierno. Justamente cuando la tierra está envuelta en el frío y la oscuridad, El Dios, La Luz, renace, trayendo consigo la promesa de nueva vida, nuevos retos, un nuevo florecer. La Diosa vuelve a sonreir y su sonrisa nos trae nuevas fuerzas.

Para el 2 de febrero celebramos Imbolc: la fiesta de las luces. Otros nombres que se le dan es "candelaria y Brigantia (por la celebración a la Diosa Brighit)". Es el tiempo del movimiento de La Gran Madre Tierra. La primavera está cerca, y empezamos a purificarnos y renovarnos con ella. Los rituales se celebran en honor a la triple Diosa Brigit, cuyo aliento da vida a los muertos.

Al girar nuevamente la rueda del año, nos encontramos con Ostara: El Equinocio de primavera. Celebrado entre el 20 y 23 de marzo, también se corresponde en fechas con la semana santa cristiana (nada casual por cierto). Es la fecha del equilibrio de la luz y la oscuridad. El Dios ya es un joven que calienta la tierra y ésta se prepara para la nueva siembra por lo que es el tiempo correcto para los nuevos comienzos que se siguen a la purificación. También se corresponde con el ciclo de fertilidad de muchos animales y plantas.

Beltane, el 1 de mayo, también llamado Fiesta de mayo, o Día de la Gran Dama. La gran fiesta de la unión de los Dioses. Es el tiempo de rendir tributo al Dios Cornudo y la Gran Dama del Bosque Verde. De la unión de ambos nace la nueva vida, crece la tierra, se multiplican las cosechas y su amor lo inunda todo. Muchas parejas aprovechan esta fecha para realizar su unión de manos, aunque para tal fin cualquier fecha es apropiada.

Luego viene Litha, el Solsticio de Verano, o Noche de San Juan (entre el 20 y 23 de junio). La época de empezar a analizar cuáles son nuestras cosechas, qué más deseamos sembrar para cosechar. El Dios Sol es un hombre formido que lanza sus rayos a la Diosa Tierra y de ambos la vida florece. El útero de la Diosa revosa de vida. Es el tiempo de encender nuestros proyectos.

Pero la Rueda no para, siempre gira, y a Litha se le sigue Lughnadssadh (Lammas o Lunasa) el 2 de agosto. Es la época de la abundancia, de la primera cosecha, de recoger lo que hemos sembrado. Es el tiempo de la buena suerte. Aunque el Dios Sol empieza a menguar igual que La Gran Dama, ambos tienen aún mucha energía para dar a tierra.

En Mabon, o el equinocio de otoño (entre el 20 y 23 de setiembre), Se nota más la debilidad del Dios Sol, lo cual entristece a la Diosa; quien sin embargo, lleva vida en su útero, la promesa de que la vida continúa. Ella mengua con él, pero ella es en sí, la vida. Es el tiempo de la segunda cosecha; de descanzar después del trabajo; es la culminación de lo que sembramos. Es un buen momento para dar gracias por lo recibido y para meditar sobre los misterios de la reencarnación en preparación de la noche de los Antepasados (Samhain) cuando la rueda vuelva a girar.

He aquí un misterio que envuelve a los que NO ENTIENDEN la grandeza de La Diosa Madre y del Dios Padre. El Dios renace del útero de la Diosa, es su hijo, pero luego crece y es su amante y compañero que al mismo tiempo la fecunda. ESTO ES POSIBLE, ya que EN EL PRINCIPIO, La Diosa estaba sola, y creo cielo y estrellas, creo mundos y tierra. Pero estaba sola, y la tierra era estéril. Y ella estaba triste por esto. Ella estaba sola. Entonces de lo más profundo de su ser pidió al TODO que se le condediera compañía. Y su ruego fue atendido. Entonces, la Diosa volvio la mirada hacia su propio interior y vio que en él habia vida, no una vida que ella hubiera creado, sino una vida ajena a la suya, con la misma Divinidad que la suya. Y fue así que la Diosa se alegró, pues de su ser nació el Dios, que nace de ella sí PERO NO ES CUERPO DE SU CUERPO, sino que es creación del TODO, como la Diosa. Por lo tanto no hay incesto en su relación.

Así la vida nace y renace, y ambos son la vida y la promesa de vida, y ambos nos enseñan a que para nacer hay que morir, y que la rueda Gira a pesar de todo.

ASTARTE.

26 mayo 2006.

1 comentario:

la niña de las piedras dijo...

HOLA ASTARTÉ NUNCA HABÍA ENTRADO AQUÍ ME ESTÁ GUSTANDO MUCHO, ESTÁ MUY BIEN EXPLICADO
BESOS GORDOS MARIA ISABEL
BARCELONA ,ESPAÑA