Rituales para la Prosperidad (primera parte)
Muchas veces la gente se pregunta. ¿Qué hago para atraer la prosperidad a mi vida? Si entendiéramos lo simple que es, no tendríamos que andarla buscando en lugares equivocados. La prosperidad es un estado de consciencia al cual podemos y debemos accesar y se logra en tres simples pasos:
Eliminación de malos hábitos.
Mente positiva.
Actitud positiva.
Sin embargo, es justamente desde el primer paso en el cual inician los problemas para aquellos que buscan su propia prosperidad: NO logran ni siquiera identificar lo que son sus propios malos hábitos.
Entonces, es necesario que antes de buscar la prosperidad, de TODO TIPO, empecemos por autoanalizarnos para dirigir nuestros pasos de manera correcta hacia el fin propuesto.
¿Qué son los malos Hábitos?
Me refiero a mal hábito a toda aquella actitud y aptitud que bloquee a la persona de cualquier manera física, emocional, mental o espiritual. Veamos un ejemplo de mala actitud: la persona que espera que dios le conceda el milagro de poder tener casa propia, sin hacer nada por propiciar que la misma sea realidad. Un ejemplo de mala aptitud podría ser la persona que siendo capaz de lograr un efectivo crecimiento social, se estanca debido a miedos y temores.
Y en este momento estoy segura que estarás empezando a analizar si tienes malos hábitos. Pues déjame decirte que SI, si los tienes. Los tienes tu, los tengo yo, los tenemos todos, usualmente porque caemos en ellos sin darnos cuenta, porque son hábitos justamente. De ahí la importancia de saber identificarlos, de empezar a controlarlos sin que ellos nos controlen a nosotros.
¿Cómo controlar los malos hábitos?
Antes de responder a esta pregunta, es importante recalcar el por qué es importante controlarlos: LOS MALOS HÁBITOS NOS BLOQUEAN; forman una barrera sólida entre nosotros y la prosperidad que podamos lograr.
De ahí la importancia de conocerlos y reconocerlos y aprender a enfrentarlos hasta eliminarlos o al menos superarlos.
Siempre por la mañana, que es cuando estamos más atentos a nuestro entorno, podemos empezar por anotar (si ANOTAR) aquello que vamos a hacer durante el día y la forma en la que vamos a lograrlo. Anotar es muy importante, porque permite que antes de acostarnos podamos evaluar el avance de nuestras propias obras.
Tomemos un ejemplo: anotamos: ir a trabajar, volver a casa, ver televisión, ir a dormir. Si la vida fuera así de sencilla, sería super aburrida y además de aburrida estaríamos aún en las cavernas rascándonos el pelaje de mono. Entonces notamos nuestro primer mal hábito: DAMOS MUCHAS COSAS POR SENTADAS y no hacemos nada para cambiarlas.
Por tanto, para controlar malos hábitos, vamos conociéndolos poco a poco y buscando soluciones a los mismos. Algunas soluciones NO serán más que remiendos; en tanto otras serán definitivas.
Retomemos el ejemplo anterior pero incluyendo la actitud positiva: al levantarme hago la lista de cosas que haré hoy: Bañarme y depilarme (para verme más bella), peinarme un poco diferente hoy. Buscar el desayuno, cambiaré por frutas en vez de harinas. Prepararme para ir a trabajar, que mi ropa esté impecable. Estrenaré un nuevo perfume que me compre ayer. Al ir a trabajar sonreiré, porque al sonreír creo un ambiente positivo a mí alrededor. En el trabajo daré lo mejor de mí y un poco más, sin olvidar sonreír. Insistiré en no permitir que las demás personas alteren mi equilibrio, no daré espacio para el mal humor.. y así sucesivamente.
Una vez que se van identificando los malos hábitos propios, damos paso a una mentalidad más positiva, porque tenemos la conciencia de empezar a corregirnos holísticamente. Y es ahí donde entra en juego entonces la MENTALIDAD POSITIVA, que a su vez viene de la mano con la ACTITUD POSITIVA.
Muchas veces cometemos el error de que tenemos la mente puesta en un objetivo, le imprimimos nuestra energía, fuerza para que lograr ese objetivo, pero al no conseguirlo, caemos en la negación y la pérdida del empuje. Eso es justamente lo que vamos a evitar en nuestra vida: el error de desistir al primer escoyo que encontremos en el camino. En la siguiente entrega continuaremos con este tema.
Astarté.
Enero 2010
Muchas veces la gente se pregunta. ¿Qué hago para atraer la prosperidad a mi vida? Si entendiéramos lo simple que es, no tendríamos que andarla buscando en lugares equivocados. La prosperidad es un estado de consciencia al cual podemos y debemos accesar y se logra en tres simples pasos:
Eliminación de malos hábitos.
Mente positiva.
Actitud positiva.
Sin embargo, es justamente desde el primer paso en el cual inician los problemas para aquellos que buscan su propia prosperidad: NO logran ni siquiera identificar lo que son sus propios malos hábitos.
Entonces, es necesario que antes de buscar la prosperidad, de TODO TIPO, empecemos por autoanalizarnos para dirigir nuestros pasos de manera correcta hacia el fin propuesto.
¿Qué son los malos Hábitos?
Me refiero a mal hábito a toda aquella actitud y aptitud que bloquee a la persona de cualquier manera física, emocional, mental o espiritual. Veamos un ejemplo de mala actitud: la persona que espera que dios le conceda el milagro de poder tener casa propia, sin hacer nada por propiciar que la misma sea realidad. Un ejemplo de mala aptitud podría ser la persona que siendo capaz de lograr un efectivo crecimiento social, se estanca debido a miedos y temores.
Y en este momento estoy segura que estarás empezando a analizar si tienes malos hábitos. Pues déjame decirte que SI, si los tienes. Los tienes tu, los tengo yo, los tenemos todos, usualmente porque caemos en ellos sin darnos cuenta, porque son hábitos justamente. De ahí la importancia de saber identificarlos, de empezar a controlarlos sin que ellos nos controlen a nosotros.
¿Cómo controlar los malos hábitos?
Antes de responder a esta pregunta, es importante recalcar el por qué es importante controlarlos: LOS MALOS HÁBITOS NOS BLOQUEAN; forman una barrera sólida entre nosotros y la prosperidad que podamos lograr.
De ahí la importancia de conocerlos y reconocerlos y aprender a enfrentarlos hasta eliminarlos o al menos superarlos.
Siempre por la mañana, que es cuando estamos más atentos a nuestro entorno, podemos empezar por anotar (si ANOTAR) aquello que vamos a hacer durante el día y la forma en la que vamos a lograrlo. Anotar es muy importante, porque permite que antes de acostarnos podamos evaluar el avance de nuestras propias obras.
Tomemos un ejemplo: anotamos: ir a trabajar, volver a casa, ver televisión, ir a dormir. Si la vida fuera así de sencilla, sería super aburrida y además de aburrida estaríamos aún en las cavernas rascándonos el pelaje de mono. Entonces notamos nuestro primer mal hábito: DAMOS MUCHAS COSAS POR SENTADAS y no hacemos nada para cambiarlas.
Por tanto, para controlar malos hábitos, vamos conociéndolos poco a poco y buscando soluciones a los mismos. Algunas soluciones NO serán más que remiendos; en tanto otras serán definitivas.
Retomemos el ejemplo anterior pero incluyendo la actitud positiva: al levantarme hago la lista de cosas que haré hoy: Bañarme y depilarme (para verme más bella), peinarme un poco diferente hoy. Buscar el desayuno, cambiaré por frutas en vez de harinas. Prepararme para ir a trabajar, que mi ropa esté impecable. Estrenaré un nuevo perfume que me compre ayer. Al ir a trabajar sonreiré, porque al sonreír creo un ambiente positivo a mí alrededor. En el trabajo daré lo mejor de mí y un poco más, sin olvidar sonreír. Insistiré en no permitir que las demás personas alteren mi equilibrio, no daré espacio para el mal humor.. y así sucesivamente.
Una vez que se van identificando los malos hábitos propios, damos paso a una mentalidad más positiva, porque tenemos la conciencia de empezar a corregirnos holísticamente. Y es ahí donde entra en juego entonces la MENTALIDAD POSITIVA, que a su vez viene de la mano con la ACTITUD POSITIVA.
Muchas veces cometemos el error de que tenemos la mente puesta en un objetivo, le imprimimos nuestra energía, fuerza para que lograr ese objetivo, pero al no conseguirlo, caemos en la negación y la pérdida del empuje. Eso es justamente lo que vamos a evitar en nuestra vida: el error de desistir al primer escoyo que encontremos en el camino. En la siguiente entrega continuaremos con este tema.
Astarté.
Enero 2010
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