sábado, 30 de mayo de 2009

¿Qué significa la brujería?


Econtré este escrito, y me ha llamado mucho la atención de su narrativa, por lo que considero importante compartirlo con quien desee un poco de conocimiento. Que te sea de provecho. Bendiciones.

¿Qué significa la brujería?


La brujería es el uso especializado de la energía. Ver la brujería desde el punto de vista del hombre común y corriente es ver o bien una idiotez o un insondable misterio, que está fuera de nuestro alcance. Y, desde el punto de vista del hombre común y corriente, esto es cierto, no porque sea un hecho absoluto, sino porque el hombre común y corriente carece de energía necesaria para tratar con la brujería.
Los seres humanos nacen con una cantidad limitada de energía – una energía que a partir del momento de nacer es sistemáticamente desplegada y utilizada por la modalidad de la época, de la manera más ventajosa.
La brujería –decía don Juan, sabio maestro de Carlos Castaneda – es un estado de conciencia… Existe un poder escondido dentro de nuestro ser que se puede alcanzar… Una vez que lo alcanzamos, empezamos a ver, es decir, a percibir algo más. Y después comenzamos a saber de una manera directa, sin tener que usar palabras… Es una percepción acrecentada, un conocimiento silencioso. “Este brillante destello de conocimiento ilumina los recónditos parajes de la mente humana. La brujería y la magia se revelan así como metáforas de la necesidad del hombre de comprenderse a si mismo. La brujería es un viaje de retorno. Retornamos al espíritu, victoriosos, después de haber descendido al infierno. Y desde el infierno traemos trofeos. El puro entendimiento es uno de esos trofeos.
Agrega Don Juan Matus que el hombre racional, al aferrarse tercamente a la imagen de sí mismo, garantiza su abismal ignorancia. Ignora, por ejemplo, el hecho de que la brujería no es una cuestión de encantamientos y abracadabras, sino la libertad de percibir no sólo el mundo que se da por sentado, sino también todo lo que es humanamente posible.
Una de las cosas más dramáticas de la condición humana es la macabra conexión entre la estupidez y la imagen de sí mismo. Es la estupidez la que nos obliga a descartar cualquier cosa que no se ajuste a las expectativas de nuestra imagen de sí mismo. Por ejemplo, como hombres comunes y corrientes, pasamos por alto el conocimiento más crucial para nosotros: la existencia del punto de encaje y el hecho de que puede moverse.
Aquí es donde la estupidez del hombre común es más peligrosa. El hombre le tiene terror a la brujería. Tiembla de miedo ante la posibilidad de ser libre. Y la libertad está ahí a un centímetro de distancia. Los brujos llaman a la libertad el tercer punto, y dicen que alcanzarlo es tan fácil como mover el punto de encaje.
Aunque existe una contradicción entre los brujos: moverlo es muy fácil, o sea el punto de encaje, pero también es lo más fácil del mundo. Una fibra alta puede mover el punto de encaje. Por ejemplo, el hambre o el miedo o el amor o el odio, una fiebre muy intensa, etc., también pueden hacerlo. Lo mismo el misticismo y el intento inflexible, el método preferido de los brujos.
Nuestra racionalidad nos pone entre la espada y la pared. Nuestra tendencia como seres humanos es la de analizar, sopesar, averiguar, planear, reflexionar. Y no hay modo de hacer eso desde dentro de la brujería. La brujería es el acto de llegar al lugar del conocimiento silencioso, y el conocimiento silencioso no es analizable, porque sólo puede ser experimentado.
La meta de la brujería es reestablecer el conocimiento silencioso, reviviendo el vínculo con el intento; particularmente, llegar a controlarlo pero sin sucumbir a él. Los centros abstractos de las historias de brujería son, por lo tanto, diferentes matices del conocimiento silencioso, diferentes grados de nuestra capacidad de esta conscientes del intento.

sábado, 2 de mayo de 2009

Un Creo Wiccano






Escuchad ahora las palabras de las brujas,


los secretos que ocultamos en la noche,


cuando la oscuridad era el sendero de nuestro destino


y que ahora entregamos a la luz.




Misteriosas aguas y fuego,


la tierra y el basto melodioso aire,


por guardar la Quinta Esencia hoz conocemos,


y deseamos, osamos y guardamos silencio.




El nacimiento y la reencarnación de toda la naturaleza,


el pasar del invierno y el verano,


compartimos con la vida universal


el regocijo en el aro mágico.




Cuatro veces en el año el gran Sabbat retoma


y las brujas son vistas danzando en Lammas y Candelaria,


en víspera de mayo y el antiguo Halloween.




Cuando el día y la noche son iguales,


cuando el sol brilla en su cenit y cae en el horizonte,


los cuatro menores son convocados


y las brujas se reúnen a festejar.




Trece lunas de plata hay en un año,


trece miembros en un Coven hay.


Trece veces celebramos felices


Esbats por cada año dorado y un día.




El poder que ha pasado por eras


cada vez entre el hombre y la mujer,


a través de los siglos,


desde antes de los tiempos que vendrán.




Cuando es trazado el círculo mágico


por la espada o el athame de poder,


esta es la brújula entre dos mundos


orientados en la tierra de las sombras por ese instante.




Este mundo no tiene derecho,


entonces de saberlo.


Y el mundo del más allá no dirá nada.


Los más viejos de los Dioses se invocan allí,


y grandes trabajos de magia son labrados.




Dos son los pilares místicos


que sostienen la entrada del templo sagrado.


Dos son las potencias de la magia,


de las formas y de las fuerzas divinas.




La oscuridad y la luz,


los contrarios uno del otro,


mostrados delante como un Dios y una Diosa.




De los que nuestros antepasados nos enseñaron.


Por la noche él es el jinete salvaje de los vientos,


el gran Dios cornudo;


el señor de las sombras.


Por el día él es el rey de los cielos


y el arbolado,


él habita en los claros verdes del bosque.




Ella es joven o vieja como ella satisface,


ella navega en las nubes rasgadas en su barca,


la señora de plata, brillante de media noche,


el cuervo que teje hechizos en la oscuridad.




El amo y la amante de la magia,


en detención en las profundidades


de la mente inmortal y siempre regenerativa


con el poder de liberar o de atar.




Bebe entonces el buen vino de los viejos Dioses,


danza y has el amor en tu alabanza,


hasta que la tierra hermosa del eterno verano


nos reciba en paz en el final de nuestros días.




Y has cualquier cosa que en verdad desees,


se el amante que no daña a ninguno.


Para esto es entonces el único fundamento.


Que esto por la antigua magia......


Sea hecho.